El Fundador, la Directora General y toda la Institución Teresiana prometen solemnemente venir todos los años a Covadonga con una finalidad clara: dar cuenta a Nuestra Señora de la Obra que le encomendó, para afianzar cada día más la confianza en nuestra Madre y Señora, para quedar obligados a buscar siempre las luces y los auxilios en el mismo lugar en que tuvo su origen la Institución, y para encontrar consuelo y defensa en todo momento de su vida. Para renovar ante la Santina la consagración a Nuestra Señora (1934)
En el año del primer Centenario de la Institución Teresiana el Voto de Covadonga, tiene un significado especial", señala Loreto Ballester en su comunicación y expresa, "lo queremos vivir, con memoria agradecida y compromiso renovado".
En su mensaje la Directora General explica el sentido que el acontecimiento tendrá este año particular de 2011: "Si la Institución Teresiana, representada por algunos de sus miembros, acude cada año a Covadonga desde 1934, en esta ocasión queremos que la gratitud sea intensa por un carisma que hace presente el Evangelio en nuestro mundo y por la santidad de vida de aquellas personas que lo han encarnado, testimoniado y transmitido, a lo largo del tiempo con autenticidad y con esperanza".

La Santa Cueva será siempre la verdadera cuna de nuestra amadísima Obra.
Loreto Ballester, sitúa la experiencia del Voto de Covadonga, "en estos momentos de esperanza y sufrimiento, de crisis económica, de países en guerra, de catástrofes naturales, de búsquedas de sentido y de valores que sustenten las opciones más profundas del ser humano".
El gesto de peregrinar, rezar y ofrecer a la Virgen de Covadonga, las realidades de la Institución Teresiana, se realiza desde por deseo expreso del fundador san Pedro Poveda. Gesto sencillo, espiritual y simbólico del lugar central que ocupa la Madre de Jesús en la espiritualidad de la Institución Teresiana.
Covadonga, cuna de la "idea buena" de Pedro PovedaEl valle de Covadonga se encuentra situado al Norte de los Picos de Europa, entre éstos y el mar Cantábrico y enclavado dentro del Principado de Asturias. Pedro Poveda fue canónigo del Santuario de Covadonga entre 1906 y 1913. En esos años, además de sus actividades como canónigo, se dedicó al estudió de las cuestiones pedagógicas que en los inicios del siglo XX revolucionaban la vida de España. Fruto de esas reflexiones escribió Ensayo de proyectos pedagógicos (1911), Diario de una fundación (1912), donde esboza su primer proyecto, la Institución Católica de Enseñanza, Simulacro pedagógico (1912) y Alrededor de un proyecto (Linares 1913), recopilación de distintos artículos periodísticos publicados en la prensa española entre 1907 y 1912. Se publicaron completos en "El Universo" (Madrid, 7 de noviembre de 1912). Así mismo, durante esos "años de vida intensa" tal como Pedro Poveda definiera su estancia en Covadonga, escribió reflexiones y consideraciones de "ascesis y contemplación espiritual, y de comunicación de las experiencias de fe. En 1911, inició desde Oviedo un movimiento de creación de Academias y Centros Pedagógicos, concebidos como uno de los elementos importantes de un plan más amplio, que abarcaba la renovación pedagógica del profesorado del Magisterio, el fortalecimiento de sus vínculos profesionales y la incorporación, en la educación nacional, de los métodos de enseñanza europeos, sin renunciar a una sólida formación cristiana. |
Oración de Pedro Poveda Virgen María, Madre mía, |