
Varias disposiciones son importantes en estos momentos clave de la actividad de Naciones Unidas: respirar el aire de universalidad que se palpa en la famosa sala XX; dejarse impactar por lo que allí se trata; establecer relaciones al hilo de los famosos side events (o actividades paralelas), y participar en alguna de las mesas redondas que tienen lugar cada día. Esta ha sido la tarea que ha llenado de vida tres intensos días de trabajo de Berta Marco, que ha representado la Institución Teresiana.
Actividad en el Consejo de DDHH
Por lo que respecta a los relatos de los distintos países que tenían lugar en la sala de la Alianza de Civilizaciones (sala XX), el tema emergente era el de las minorías religiosas y los problemas que plantea su reconocimiento en contextos muy diversos, sea cual fuera la religión minoritaria. Desde lugares muy alejados se lanzaban los mismos interrogantes; otro tema era el de cómo mantener niveles de dignidad humana en las cárceles, en la privación de libertad impune, etc. Resultaba interesante constatar cómo por encima de las medidas de todo tipo se apelaba a la educación como el único modo de ir cambiando mentalidades, formando generaciones más inclusivas capaces de tener como horizonte común el reconocimiento de esa dignidad intrínseca que caracteriza a todo ser humano. Esto era muy notable, incluso cuando los países relatores pedían la ayuda del Special Rapporteur para que les sugiriese algunas posibles soluciones.
El movimiento generado por los side events

Siempre variado e incisivo, ágil en su movimiento, con abundante presencia de gente joven, grupos formados por representantes de asociaciones acreditadas en la ONU, organizan mesas redondas para debatir las temáticas que consideran de más interés en el momento. Los niños en situación de calle y/o que trabajan ha tenido varios foros con notable asistencia. En estas sesiones se ha caracterizado este fenómeno que tiene diferentes formas de expresión según los contextos, aunque con unas bases muy comunes. Se ha hablado sobre todo, de cómo restaurar la dignidad de los niños que viven o que trabajan en la calle. En esta línea Carmen Serrano, que trabaja en Bruselas, desde el BICE (Bureau International Catholique de l’ Enfance), ha hecho una contribución al problema a partir de la experiencia de terreno que la organización promueve en América Latina y el Caribe.
Un paso más en los side events: los Grupos de trabajo
Estas actividades en paralelo con el Consejo de DDHH, pueden llegar a estas convocatorias desde recorridos más o menos largos, normalmente después de mucho debate y contacto con la realidad. Entre ellos, se ha celebrado en estos días la última sesión de trabajo para consensuar un documento que ha sido suscrito por 38 ONGs con estatus consultivo en la ONU, entre las cuales figura la Institución Teresiana. Se trata de un joint statement (o declaración conjunta) que ha sido trabajado a lo largo de un año para aportar al borrador de una declaración de Naciones Unidas sobre Educación y Formación en materia de Derechos Humanos. El Director de este grupo (Grupo de Trabajo en Educación y Formación sobre Derechos Humanos) es el japonés Kazunari Fujii, representante de la ONG Soka Gakkai Internacional (SGI). En este grupo, la IT está representada por Berta Marco que ha participado a lo largo del curso en este trabajo. Lo más interesante de la actividad desarrollada a lo largo de una tarea empeñativa y laboriosa, han sido los puntos elegidos para incidir: los principios subyacentes a la propuesta de la ONU, las responsabilidades de los Estados, el acceso a los Derechos Humanos, los mecanismos regionales e internacionales que deben de tenerse en cuenta y el modo cómo este documento va a ser declarado.

Respecto de los principios, se ha incidido mucho en el respeto universal de los derechos humanos y libertades para todos; la universalidad, indivisibilidad e interdependencia de los derechos; los principios de igualdad, dignidad humana, inclusión y no discriminación; la consideración de las minorías y grupos vulnerables; el hecho de que la Educación en DDHH contribuye a la prevención de las violaciones y abusos de esos mismos derechos y también que se trata de un proceso que dura toda la vida.
Además de la Declaración citada, la IT ha presentado, juntamente con otras Organizaciones de la sociedad civil, otras dos Declaraciones sobre:
El derecho a la educación de los niños que viven o trabajan en la calle, y sobre La libertad de religión como fundamento y camino para la paz, respectivamente, dos temas de gran actualidad.
BERTA MARCO, desde Ginebra