Poner en marcha el curso 2020-2021, el 1 de septiembre pasado, ha supuesto un enorme reto, un gran desafío. La vida escolar quedó marcada por la experiencia del curso anterior, los meses de confinamiento sufridos en España desde mediados de marzo. Ahora, el curso continúa en un entorno amenazado por contagios y lleno de restricciones y nuevas normas.

Frente a todo esto, el planteamiento de la Red de Centros, expresado en su lema para el año y en la comunicación con profesorado, personal auxiliar, familias y alumnado, ha sido una llamada a poner todo el empeño en hacer posible el camino conjunto con el talante y los valores propios.

Para ello, recuerdan los puntos de apoyo que pueden ayudar a transitar este curso tan diferente y desafiante:

• Nuestro saber hacer personal, de cada uno de nosotros, del colegio, de la propia Institución Teresiana... más de 100 años caminando.
• Nuestro estilo educativo, nuestro carisma, en definitiva, nuestro saber ser.
• Nuestro saber relacionarnos, no vamos solos, nos tenemos los unos a los otros, en el equipo está la fuerza.
• Nuestro saber aprender: hemos aprendido mucho el curso pasado (sobre qué hacer y qué no hacer) y, en algunos casos, la lección más importante ha sido recordar que podemos seguir aprendiendo, que educar es mucho más que enseñar y que hay muchas maneras de estar ahí para nuestros alumnos y alumnas.
• Y sosteniéndolo todo, nuestra fe. Sabemos que Dios nos lleva de la mano, en especial cuando el camino se pone difícil. Nos acompaña Jesús, el que caminó sobre las aguas y calmó la tempestad. Así que salgamos a la vida para salarla, que la sal, como nos recordaba Poveda, nos ayudará a dar sabor, curar, conservar.

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