El contratenor José Hernández Pastor, experto en música antigua, gregoriano y barroco y con una extensa trayectoria profesional, incluye en su repertorio piezas de tradiciones religiosas no cristianas además de composiciones propias cargadas de ternura y sensibilidad.
Une a la prodigiosa tesitura de su voz y su profesionalidad como cantante y musicólogo, la búsqueda espiritual desde la práctica del yoga y la meditación. Desde sus primeras visitas al lugar, encontró en Santa María de Los Negrales una sintonía que le hizo aceptar la invitación para ofrecer un ciclo de conciertos.
Pequeñas luces
El marco elegido para esta experiencia espiritual a través del canto fue la Capilla de las Torres. En un ambiente de recogimiento, con la imagen de María que extiende sus manos y el Cristo que invita hacia lo alto, las luces de varios cirios marcaban un pequeño camino, una comunidad de destellos, de energía, que al unirse daban una luz mayor.
El programa incluyó cuatro cantos gregorianos, cantos de tradición hindú, judía, africana, una canción de Henry Purcell, tres composiciones propias y una versión del “Across de universe” de John Lennon para terminar.
El público escuchaba atento, concentrado, algunos ojos cerrados, en un ambiente de serenidad orante.
Diálogo con la belleza
La bendición, el amor, la luz, la belleza, el diálogo con la divinidad… fueron los temas recurrentes en las piezas elegidas. En algunas canciones la voz se acompañó del arpa celta o de la guitarra además del teclado, acompañamientos musicales que siempre eran melodías monofónicas supeditadas al canto.
La capacidad de transmitir experiencia a través de la voz se hizo aún más fuerte cuando José Hernández Pastor compartió sus propias creaciones, como “Mi mente” o “Nana espiritual”.
En este concierto, primero en el ciclo “En alas del espíritu”, hubo otro detalle que hizo excepcional la experiencia. El cantante planteó su recital como una muestra cercana, sencilla, sin artificios, de su quehacer musical, también vivido en familia y se sintió libre de incluir como acompañante a su hijo, Mario, que le ayudó con el teclado, la guitarra y secundando algunos estribillos.
En varios momentos fue una demostración de la fusión de dos voces tan cercanas y lejanas a la vez: la trabajadísima del contratenor profesional se antojaba voz de niño; la del niño principiante se modulaba de modo natural.
Puesta en común
Tras el recital, la velada continuó con un ágape en la sala contigua donde, además de degustar bocados exquisitos y un vino, la conversación, el comentario y el intercambio sobre lo experimentado ayudaron a ampliar los matices de lo que cada persona había sentido y vivido: toda una puesta en común.
Fue también el momento de conocer de cerca a José Hernández y darle las gracias por ofrecernos su voz y su arte con tanta generosidad.
El ciclo de conciertos “En alas del espíritu” tiene dos citas más previstas, con el mismo intérprete y el mismo formato: concierto y cena. Las fechas próximas son el 17 de enero y el 27 de junio, siempre a las 19:30.
Para más información hacer clic aquí.
Rosario Marín.